Perpetúas un gemido
en la desembocadura.
En la cresta, corta la espuma
un efímero canto.
El viento anuncia celo.
Quédate aquí, quieto.
Róbale formas al ondulante espejo,
imita memorias con lengua de fuego.
Serpentea mi cuello
mordiendo el invierno.
¡No te muevas!
dibújate en mis ojos quimeros,
encréspate en el murmullo de mi memoria
y déjame rozarte con mis cimas,
caderearte en el vaivén marino
y ahogarte en la pasión que invento.
Me voy ya.
Regresaré, regresarás
cuando te nombre de nuevo.
Annie Collazo
No hay comentarios:
Publicar un comentario