De
Sauce, Canelones, Uruguay
AYER SIN
HOY
Hoy, en
la mesa del bar sobreviviente
de los
cuatro que rotaba dominguero,
con
vista a mi nostalgia su ventana,
intactos,
desentumo unos recuerdos
y los
esparzo vacilantes por la plaza.
Los
observo indagando afinidades
a mi
historia juvenil con gesto ansioso:
a mi
campera de pantazote negro,
mi
sonrisa, mis Ray-Ban y mis Oxford,
y a
punto lagrimón, me los devuelvo.
Me da
tristeza saberlos indigentes
de un
pasado amistoso deslustrado
y un
amor como foto de inmigrante:
recóndito,
vetusto y doblegado.
Ah!, y
de botijas iguales de mordaces.
¡Insensatos!
¿No saben que maté
por
inconsciente mi genuina realidad
al irme
desairado de este pueblo,
y
enterré bajo una palma que no está,
su
referencia cardinal de sentimientos?
Hoy,
recobro cauteloso y despacito,
mis
derechos montaraces de soñar;
(que ni
mi sombra consideren inaudita)
por
ello, sumiso me he poblado por allá,
por la
sumisa zona urbana de la vida.
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