De Ocaña, Colombia
MI VIEJO
Embriagaba los días en aguardiente
Para sacarles de adentro
Su música y alegría
Cómo bullían en su cuerpo
Los sones los porros y el fandango
Cómo relampagueaban sus ojos
Y su cuerpo al ritmo de la Sonora
Dijiste que entre el trabajo y el goce
Estaba el equilibrio
Pero un día te desequilibraste
Y el goce se convirtió en parranda
Y la parranda te envolvió en el alcohol
Y así desandás viejo sibarita
De rato en rato
LOS VIENTECILLOS MANSOS
Me alimentaron con palabras
Llenas de yel y mentiras
Con palabras con garras afiladas
Como cuchillas de afeitar
Si mis noches pudieran hablar
Se lo impediría el miedo
He vivido en la sombras del miedo
Es duro vivir siempre agitado en guardia
Me marcó el temor del ayer que es hoy
Las palabras del ayer que son las de hoy
Las mentiras del ayer que son las de hoy
Duele pensar en la sobrevivencia del mañana
¿Habrá que seguir guardando el silencio
De los desaparecidos?
Hay que aprender del camuflage de los camaleones
Vivir mostrando alegría conteniendo el llanto
Ser manso pero tirándose las piedras por dentro
Mostrarse como un alma de dios pero lleno de ira santa
Recular sin mostrar los ojos
Odio esta realidad que me aprisiona
Pero me fortalecen los buenos sueños
Y los mejores días por venir
Porque sé que en el silencio de las sombras
Es donde nace la luz
Y que en los vientecillos mansos
Es donde se cuecen los huracanes.
Jorge Humberto Serna Páez
ASOESCRITORES
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