De Antioquia, Colombia
REALMENTE VIRTUAL
Te pudres,
se pudren,
nos pudrimos . . .
Ya las teclas huelen a ti,
acicalamos nuestro amor
con brillantes imágenes;
nuestros corazones
han andado y desandado
de la mano
los corredores más recónditos
de la virtualidad.
Te notifico,
me notificas . . .
nos notificamos;
te etiqueto,
me etiquetas . . .
Hueles a PC,
sabes a " ratón ".
Hemos procreado hijos
caricaturescamente divinos,
ora, ríen a mandíbula batiente;
ora, lloran a moco tendido;
luego,
desaparecemos los hijos adoptivos,
ya cliqueados hasta el hartazgo.
Inane es el verbo,
palabras baratijas,
- ahuecadas o protuberantes -,
sin un constructo en la realidad
real de los corazones:
erección de la casa del amor
desde el centro de gravedad,
sin maquillaje verbal,
sin loa hojarascal,
sin cumplidos lisonjeros.
Eres de teclas,
caligráficamente diosa,
fotográficamente deseada,
verbalmente necesaria,
imaginariamente imprescindible . . .
Culpable
de las alboradas interruptas,
de los " kilométricos " trasnochos,
de los malogrados orgasmos.
Extrañamente amiga,
inesperadamente esposa.
Desapareces abruptamente,
te caes,
te apagas,
te esfumas en las sombras
detrás de la caligrafía asaz cansada,
extinta . . .
inexistente virtualidad.
Desencuéntrame:
vacuo es el verbo,
exangües las imágenes,
exabruptos los coloquios.
Se desploma el artificioso
entramado vocabular;
retornamos del todo virtual
al polvo,
a la ceniza real . . .
Te pudres,
se pudren . . .
nos pudrimos.
Luis Humberto Pulgarin Mejia
Derechos Reservados de Autor.
REALMENTE VIRTUAL
Te pudres,
se pudren,
nos pudrimos . . .
Ya las teclas huelen a ti,
acicalamos nuestro amor
con brillantes imágenes;
nuestros corazones
han andado y desandado
de la mano
los corredores más recónditos
de la virtualidad.
Te notifico,
me notificas . . .
nos notificamos;
te etiqueto,
me etiquetas . . .
Hueles a PC,
sabes a " ratón ".
Hemos procreado hijos
caricaturescamente divinos,
ora, ríen a mandíbula batiente;
ora, lloran a moco tendido;
luego,
desaparecemos los hijos adoptivos,
ya cliqueados hasta el hartazgo.
Inane es el verbo,
palabras baratijas,
- ahuecadas o protuberantes -,
sin un constructo en la realidad
real de los corazones:
erección de la casa del amor
desde el centro de gravedad,
sin maquillaje verbal,
sin loa hojarascal,
sin cumplidos lisonjeros.
Eres de teclas,
caligráficamente diosa,
fotográficamente deseada,
verbalmente necesaria,
imaginariamente imprescindible . . .
Culpable
de las alboradas interruptas,
de los " kilométricos " trasnochos,
de los malogrados orgasmos.
Extrañamente amiga,
inesperadamente esposa.
Desapareces abruptamente,
te caes,
te apagas,
te esfumas en las sombras
detrás de la caligrafía asaz cansada,
extinta . . .
inexistente virtualidad.
Desencuéntrame:
vacuo es el verbo,
exangües las imágenes,
exabruptos los coloquios.
Se desploma el artificioso
entramado vocabular;
retornamos del todo virtual
al polvo,
a la ceniza real . . .
Te pudres,
se pudren . . .
nos pudrimos.
Luis Humberto Pulgarin Mejia
Derechos Reservados de Autor.
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