viernes, 1 de agosto de 2014

IGNACIO CARBALLO LUJÁN


De Costa Rica
 

DECLARACIÓN

Este no es un poema del amor. 
Tampoco es una oda de la rabia. 
Menos el verso de los llantos eternos. 
Quizá un poco de alegría transpira en estos poemas. 
Tal vez algo de tristeza se percibe en alguna de sus líneas. 
Este no es un poema de los celos. 
Pero sí es un poema de los cielos, 
las flores, los soles y las soledades placenteras. 
Este no es un poema de las lluvias. 
(Aunque chorreen sus ojos el líquido de los efluvios sinceros)
Este es un poema sin rima, 
sin aroma, 
sin sal, 
sin reservas. 
Este es el poema de la oscura luz, 
de la luminosa sombra postrera. 
Este es el poema de todas las notas que se anclan en mis palabras, 
escalera de caracol que nos eleva hasta la médula. 
Este es el poema de las ternuras, 
de las caricias, 
de los fervorosos abrazos al final de la tragedia.
Este poema nos mira de reojo los pasos, 
los murmullos, 
los silencios que coleccionan sus pupilas. 
Este poema está bañado por rayos marrones, 
haciéndose ámbar su luz perpetua, 
en el cenit dorado de la complacencia. 
Este poema se va doblando, 
de tanto gozo, 
tanto esfuerzo, 
tanto estremecerse, 
crujiendo con su sonido perfecto: 
este no es un poema de amor.

Ignacio Carballo Luján 
Derechos reservados de autor


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