"Bienaventurados los fuertes porque poseerán
la tierra, malditos los débiles porque llevaran el yugo"
Francisco Méndez
De Torreón, Monterrey-México
UNA
TARDE DEL MES DE JULIO
Una tarde del mes de julio
He visto el sol bajo una lluvia
mordaz.
Luz emanada de una rosa.
Sonrisa que se apodera del viento
y viaja hasta donde no se oye el silencio.
Una tarde del mes de julio
sin indicios de sombra.
Una tarde lluviosa
que cantaba tu nombre.
Tus ojos cafés me veían
y me entregaban su poesía sin el limite de las palabras.
La voz de tu piel
me gritaba con la fuerza de las pasiones de una vida
y tu rostro se grababa con fuego en lo
profundo de mi alma.
Los besos se resignaron a esperar.
Se secaron bajo aquella lluvia mordaz.
Y tú como un sol.
Evaporando a la desolación,
desecando a la esperanza y derritiendo
a lo que hace pesado al tiempo.
Yo venía arrastrando soledad.
Con migajas de vacío,
con gotas de silencio.
Y tú venías del misterio.
Esa tarde del mes de julio,
un abrazo contrajo sus pétalos
y una rosa no mostró sus brazos.
-¿Cuándo es otro día?...
¿cuánto voy a esperarte?-
Te despediste con un beso en la mejilla.
mi sonrisa se apago mucho antes que cesara la lluvia.
Y aún no terminas de irte.
Por eso he cerrado los ojos
y hago derroche de la paciencia que no tengo.
-¿Cuándo te volveré a ver?...
quizás en otra tarde del mes de julio.-
Francisco Méndez
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