De Guadalajara, México
EL ÁRBOL TRISTE
El creció al pie de la
playa, sin saber
que aquella arena no
alimenta raíces con agua dulce.
Nunca imaginó que
aquel líquido salado
tuviera a esa tierra
maldita.
Cuando semilla fue,
anhelaba vivir cerca del mar;
ver los atardeceres
cobrizos, sentir las madrugadas celestes como sangre de monarca y que la brisa
se anidara en sus ramas en tanto las olas mojaban su tronco.
Un nido de gaviotas
era su inquilino constante;
los pajarillos le
hacían cosquilla en las copas mas altas;
pero siempre en algún
momento lo abandonaban.
Era parte de crecer.
Aunque sus anhelos
cumplió
y rara vez se
arrepintió de su aventura
se ha vuelto un sauce
llorón; así lo acusa sus ramas,
sus lágrimas saladas y
su encorvada silueta.
Y es que también
hubiese deseado experimentar el aroma y sabor que tiene un sorbo de agua dulce
en sus entrañas.
Que lo habitara una
familia de ardillas y que otro árbol le diera sombra cuando en el cayera a
plomo el sol.
Ni modo sauce llorón,
no se puede tener todo en esta vida.
J. Carl Rimont
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