De Villarrica, Chile
LO QUE PUEDO VER
Se abre camino en el faro de la inmaculada belleza
del alma
la silueta
adormilada de una caricia cálida,
se trenzan las miradas con su brillo y su
nostalgia
entre los besos del viento que esparce con
coquetería infinita
su tibieza en una tarde de magia.
Y puedo ver en tus ojos la belleza inmensa del
mundo,
aquellos diamantes poderosos que rompieron con la
rutina de un mirar triste
y llenaron de paz y luz el rincón que escondía el
miedo
donde se sentaba la arrogancia y la soberbia a
esparcir su veneno,
y dejaba lágrimas en las mejillas de un hueso que
ya no tenía vida,
que ya carcomía de muerte el abandono de un alma
dormida.
Brilla en ellos la pureza de un sentimiento bueno,
de una intensión protegida de la maldad y el frío
siniestro,
que aunque es atacado con lanzas de gélida
indiferencia
no se deja vencer cubriéndose de pétalos de sol
en las vasijas del océano de un amor bendito
en las manos del cielo que canta notas de
ilusiones
protegidas de la muerte donde yacía un adolorido
"Te Quiero".
Se abre paso en los senderos del ayer
una llave de sol en un pentagrama dorado
y una canción de amor,
de un amor sincero entre la danza de la lluvia
y las rogativas de un cuerpo cansado
que se sienta bajo el cedro perfumado de sol
en las colinas de un bello atardecer.
Se prenden luciérnagas de luna y sol
en los ojos infinitos de tu rostro juvenil,
adornado de sonrisas infinitas
que no destrozarán el poder del dolor
ni las agujas del anochecer.
Se abre camino en el faro de la inmaculada belleza
del alma
la silueta adormilada de una caricia cálida...
María Cristina Guerrero Sandoval
Derechos Reservados de autor
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