De Santa
Catalina-Buenos Aires, Argentina
COLIBRÍ
Cuando
tú y yo
no
estábamos ahí…
Cuando
no existían estas casas,
ni esta
gente…
Todo era
el río,
y un
monte la rivera…
Los
nativos lo llamaron Uruguay:
Río de
los pájaros pintados…
Un poro
abierto
en la
muralla del tiempo,
un micro
punto...
Hay que
mirarlo con lupa de relojero,
o hay
que romper el reloj,
para
verlo.
Dentro
de un colibrí,
te
descubrí,
increíble
mujer pequeña,
tus ojos
son escaleras,
de
átomos que giran
a una
velocidad tremenda.
Ibas
dejando estelas, epifanías,
mándalas
de vino dulce…
Las
imágenes de tu vida,
se posan
como flores en el agua,
y uno se
queda contemplándolas,
en
silencio,
hasta
que desprenden su aroma....
Entonces,
las manos robustas
del sol,
que se traslucen
a través
de la cortina,
el
ventanal del balcón
golpeando
con pedacitos de viento,
las
cajas apiladas sobre el ropero,
como una
deidad poderosa
resguardando
la ropa de invierno,
mis
cajones desordenados,
fértiles,
el olor a sándalo viejo,
la gata
que duerme todo el día
en el
hueco de mi escritorio,
el atado
de parisiennes,
mis
camisas colgadas sin planchar,
el trino
de un gorrión en la ventana…
Todo,
todo lo mío… Se diluye en tu río,
que me
desnuda, y me baña en un sueño…
Mauricio
Escribano
Al ver la foto, que está antes del poema, podemos imaginar lo que la precede. Hay una mirada llena de amor puro, embelesada con quién la atrae...ella. Y es ella, su musa, quien le extrae, inconscientemente, su alma, para que la arroje, con inmensa pasión al aire y caiga, en algún lugar, dónde los espectadores, podamos gozarla desde afuera! No se despierte nunca, poeta, y permítanos seguir disfrutando de sus letras!
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