De Rosario, Sta. Fe- Argentina
En el umbral exacto de ese día
dejé de esperarte
y empecé a desesperar
por terminar de quererte.
Me encerré en nostalgias
sin puertas ni ventanas.
No supe de mañanas
y adiviné las tardes,
cuando tu ausencia dormía...
No sé cómo,
pero me encontraron
buscando tu presencia en las paredes.
Mis cabellos largos
tenían lacia tu caricia breve.
Para salvarme,
extirparon tus últimas palabras
de mis primeros miedos...
Pero ya era tarde: tenía tomada el alma.
En vez del corazón latía tu recuerdo.
Rodolfo Borgonovo
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