De
Córdoba, Argentina
Florecen
como dalias, orquídeas o nísperos,
Indagan
el néctar de la oscuridad,
De
Otranto, Praga, o el hilván silencioso de mi sed que te embriaga.
Tus
miradas prosodias de la mística de la memoria,
Tus
miradas voces que decantan el albur de los soñadores,
Tus
miradas euritmia de los enamorados en el ardor de los abrazos.
Tu piel,
Espejismo
de isla de azúcar,
Roza mi
piel,
Que es
cuenco de cántaros en tempestad eterna,
Y todo
exilio se esgrime solo en nuestros deseos taciturnos
En esas
quimeras de menta, azahar y luna
Te toco
Y las
virutas del olvido se esparcen para volverse lluvia de colores
Y nos
moja ya la liturgia de la lujuria
El beso
rechina como saetas de hierro
Nos
guía la noche
La
queda infinita que nos erosiona
Nos
vuelve arenal del recuerdo.
melodía
de tu herencia
El
último grito de los silencios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario