De
Corrientes, Argentina
EL
ERUDITO
Un niño
meditaba en silencio
absorto
entrañable
poderosamente sabio
no veía
los rostros
ni los cuerpos
de los hombres tristes
Él veía
mucho más allá
veía
su esencia
...
él
podía ver su Alma.
Enrique Almiron
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