De
Buenos Aires, Argentina
GÓMEL
(de
Esteparia)
Mi
abuelo lo único que hacía era afeitarse y temblar
frente
al televisor.
Mi padre
todas las mañanas se perdía en el campo,
transformado
en un punto tridimensional de la nieve.
Regresaba
con una sonrisa mística en su rostro y nadie
sabía
por qué.
En
verano también esa misma sonrisa y frutillas
en sus
manos, en primavera frambuesas.
La
sonrisa de mi padre traía frutos maravillosos.
Mi
abuelo temblaba cada día más, su cabeza recaía
como
mandolina y se erguía como un piano.
Un día
mi padre regresó con manzanas
mi
abuelo dio con la clave del silencio.
Natalia
Livtinova
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