De La Plata, Argentina
EL HOMBRE QUE FUI
El hombre que fui,
suele estar esparcido,
donde los silencios
se mezclan con las mortajas del alma.
El hombre que fui,
tal vez quiso y se enteró tardíamente
que el amor miente en penumbras
y balbucea verdades a la luz de ciertos
hechos.
El hombre que fui,
hoy es cenizas, fieltro, armazón y
coraza,
su carne es yerta y su piel
fragmentos desesperados
del amor que lo catapultó
a las tinieblas.
El hombre que fui,
padece el tiempo real y
alega sumisión
en los sueños de su estirpe.
El hombre que fui,
quizás, quedó atrapado
dentro del laberinto fugaz
de tu amor ensimismado,
por la necesidad de tu ego
y el orgullo de tu fortuna
amanecida. El hombre que fui,
habla en pasado y sufre
este presente de nostalgias,
de melancolías sueltas
en papeles plateados
de algún poema, callado y oscuro.
El hombre que fui,
fue,
no existe ni vive,
no habla, ni perdona,
solo maneja los tiempos,
esos tiempos inertes,donde la soledad
le pregunta a cada rato,
por ese amor,
que lo vistió de dandy
y lo cubrió de mentiras.
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