lunes, 1 de diciembre de 2014

RICARDO DANIEL PÉREZ




De La Plata, Argentina 

EL HOMBRE QUE FUI

El hombre que fui,
suele estar esparcido,
donde los silencios 
se mezclan con las mortajas del alma.
El hombre que fui,
tal vez quiso y se enteró tardíamente
que el amor miente en penumbras
y balbucea verdades a la luz de ciertos hechos.
El hombre que fui,
hoy es cenizas, fieltro, armazón y coraza,
su carne es yerta y su piel
fragmentos desesperados
del amor que lo catapultó
a las tinieblas.
El hombre que fui,
padece el tiempo real y
alega sumisión
en los sueños de su estirpe.
El hombre que fui,
quizás, quedó atrapado
dentro del laberinto fugaz
de tu amor ensimismado,
por la necesidad de tu ego
y el orgullo de tu fortuna
amanecida. El hombre que fui,
habla en pasado y sufre
este presente de nostalgias,
de melancolías sueltas
en papeles plateados
de algún poema, callado y oscuro.
El hombre que fui,
fue,
no existe ni vive,
no habla, ni perdona,
solo maneja los tiempos,
esos tiempos inertes,donde la soledad
le pregunta a cada rato,
por ese amor,
que lo vistió de dandy
y lo cubrió de mentiras.




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