LUCELY DOMINGUES - FRANCISCO SETTINERI - MARIA LUA - FERNANDO HERNANDEZ IGLESIAS
jueves, 2 de octubre de 2014
POETAS BRASILEROS
Etiquetas:
POETAS BRASILEROS
Ubicación:
Brasil
miércoles, 1 de octubre de 2014
ÉRICK RAMOS
De
Brasil
UMA
SOLIDAO PARA DIZER QUE TE AMO
Desculpe-me,
há apenas essa maneira a qual te faça entender,
você sabe o quanto te amo,
e esse 'quanto' eu creio que valha muito.
Não sei
em que pensar,
ou que versos escrever,
só tenho uma coisa a declarar,
e desse amor, não, não posso dizer.
Eu sei o
quanto vai doer
quando esse futuro previsível chegar,
não estaremos juntos,
e eu estarei só novamente.
Não é
por solidão que lhe quereria,
mas por amor,
basta te amar,
e isso já me faz feliz o bastante.
Érick Ramos
Etiquetas:
POETAS BRASILEROS
Ubicación:
Brasil
FERNANDO HERNÁNDEZ IGLESIAS
De
Niterói, Brasil
RECUERDOS
Otra vez
entre la duda y el silencio
respirando
de recuerdos tan intensos,
aún
siento la fragancia de tus gestos,
y la
alegría que emana tu aroma,
a lo
lejos un murmullo deja sordo el olvido,
y el
recuerdo se expresa en el llanto de una sonrisa.
Mientras
tanto las malditas manecillas del tiempo enloquecen;
Las
horas son minutos , los minutos marcan horas,
mas mis
pensamientos no consiguen salir
de
aquellos días que marcaron tus recuerdos.
Ayer te
olvidé es cierto ,
pero hoy
te recuerdo también por mañana
sensaciones
quizás, expresiones también
hacen mi
corazón batir al alma,
luego
percibo que aún vivo de tú recuerdo mujer.
Fernando Hernández Iglesias
LUCELY DOMINGUES
De
Brasil
UNA
DULCE PRISIÒN
Los
hijos son regalos enviados por Dios
Y
como la fuerza de Dios es el amor que tenemos por ellos
Son
todo en la vida
El
Amor, Ira, Ganas, Temores, Donaciones, Guerra y la Paz
Tener
hijos es como quedarse en una prisión
Pero
una prisión que solo tiene el Amor Incondicional...
Y así
ellos crecen y un día se van
Cuando
llega el día de la partida, junto viene la liberación
Junto
a esta libertad llega también la voluntad de quedarse en esta maravillosa
¡Prisión
por toda la vida!
Lucely
Domingues
MARCOS LOURES
De Miraí-Minas Gerais, Brasil
ÚLTIMO RINCÓN
Bandera de mis sueños, te quemaron,
Rasgaron tus emblemas, tu coraje
Por cuanto enfrentaste tempestades
El tiempo destrozó todo pañuelo,
En vuelos más sublimes, la paloma,
Que tanto alimentamos, con la
sangre
Lagrimando un paso junto al abismo.
Bandera de mis sueños, te martirizan
Los estúpidos y feroces imbéciles,
Con sus hierros desnudan tus deseos.
Águilas terribles, los rapaces
Cambian tus colores, te obscurecen,
Cruel fatalidad de quién hubiera
En pacífico camino hasta al progreso,
Y rota, temblando en mis ventanas,
Recibe esas palabras, una oración.
Mis muertos e infelices desgraciados
Desfilan sus cadáveres en las calles
De las rotas visionarias
Que tanto cultivé y aun cultivo,
Sabiendo casi inútil, mero sueño.
Pero es el último rincón,
El bastión de un obscuro trovador.
En medio a los chubascos y cañones,
Tus escombros, mi fortaleza.
IVAN CARVALHO BOCCANERA
De Brasilia, Brasil
SANTÍSSIMO SACRAMENTO
SANTÍSSIMO SACRAMENTO
Jesus na Santa Ceia...
Determinou o sentimento...
Reconheceu a importância...
Do Santíssimo Sacramento!
Seu sangue é o vinho...
Seu corpo é o pão...
Ama sempre seu vizinho...
Para alcançar a Salvação!
Com a Mãe Maria...
Seguimos o Caminho...
Não temo a noite nem o dia...
Eu sei que não estou sozinho!
Cristo, meu companheiro...
Meu amigo na jornada...
Salvou o mundo inteiro...
Trouxe a Paz para a meninada!
O Perdão ele ensina...
Que devemos dar ao irmão...
Quem começa, não termina...
Segue sempre em Oração!
SANTÍSIMO SACRAMENTO
Jesús en la última cena.
Determina la sensación...
Reconoce la importancia...
El Santísimo Sacramento.
Su sangre es el vino...
Su cuerpo es el pan.
Amarás a tu prójimo siempre...
Para lograr la salvación.
Con su madre Maria...
Seguir el camino...
No tengo miedo de la noche o al día...
Sé que no estoy sola!
Cristo, mi amigo...
Mi amigo en el viaje...
Salvó al mundo entero.
Trajo paz a los niños!
El perdón... que imparte clases...
Debemos dar al hermano...
Que comienza, no termina.
Siga siempre en la oración!
Ivan Carvalho Boccanera
FRANCISCO SETTINERI
De
Porto Alegre - Brasil
ENIGMA
.
Yo te pido con respeto
Si eres poeta, no respondas
No esquives, ni escondas
Lo que trae el dolor en el pecho...
Puede haber un modo
En la carretera por que sondas,
Cuando va a por entre rondas
Buscar amor perfecto?
Pero o seu foges de animación
En el silencio con que labas
Soledad de mil palabras
Jugando tan de repente,
A pesar de ser propicio
Que te calles, simplemente...
.
Yo te pido con respeto
Si eres poeta, no respondas
No esquives, ni escondas
Lo que trae el dolor en el pecho...
Puede haber un modo
En la carretera por que sondas,
Cuando va a por entre rondas
Buscar amor perfecto?
Pero o seu foges de animación
En el silencio con que labas
Soledad de mil palabras
Jugando tan de repente,
A pesar de ser propicio
Que te calles, simplemente...
SILENCIOSOS
O
teu silêncio é grito abafado
Na
triste espera que me fez ausente.
Nem
exércitos, nem lutas de amor noturnas,
Entre
abraços. Nem flores, nem gritos,
Nem
gemidos, entre lençóis.
Distantes,
vencidos, apenas.
Sangras,
eu sangro.
Onde
a ferida, o desalento?
Amiga,
o sofrimento é termos ido,
Sem
sequer termos iniciado.
Tudo
se perde, sem memória.
Inúteis
apelos na partida, em voz mansa.
Amor
um dia cansa - termos sido! -,
Sem
nunca termos começado.
Agora
que a dor caminha para o esquecido,
Imagino
o que teríamos tido,
Lado
a lado.
O
que não foi, à espera de outra recusa,
Nunca
se dá por terminado.
A
espera de si mesma abusa,
Meu
silêncio é grito, desesperado.
Francisco
Settineri
MARIA LUA
De Brasil
NOCHE
En la
Noche de los desencantos
deshice
tu rostro de espuma
en la
placidez de las arenas...
No he
visto destellar la estrella
en el
espejo de las olas...
Adormecí
resentimientos y silencios
en la
eternidad del océano...
En la
Noche de las desesperaciones
rasgué
mías venas de piedra
contra
la indiferencia de los peñascos...
No sentí
la magia de la Luna
en la
soledad del mar...
Ahogué
sueños y delirios
en las
distancias sin fin...
Y me
ausenté
de mi
cuerpo náufrago
abandonando
velas y remos...
Y me
ausenté
de mi
alma apenada
olvidando
alas e ilusiones...
En la
Noche de los desatinos
yo me
perdí de ti
y de mí
en la
más loca ausencia...
Y
anochecí
cuerpo y
alma...
Maria Lua
HUMBERTO DIB
De Angra
dos Reis, RJ, Brasil.
SEGUNDO
TIEMPO
Después
de veinte años, por casualidad me encontré con Alejandra en una calle del
centro. Fue un momento extraño, ninguno de los dos decía nada, pero ambos
queríamos tender un puente con el cual pudiésemos atravesar rápido esa fosa que
el tiempo colma de alimañas. Sin mucho acierto, farfullamos algunas palabras
que apenas sirvieron para poner más en evidencia nuestra incomodidad. Para
salir rápido del ridículo, la invité a tomar un café y charlar un rato. Qué más
da, pensé, esa tarde no tenía mucho que hacer.
Ella
hablaba y yo la miraba sin prestar demasiada atención a lo que me decía, la
observaba absorto mientras mi cabeza trabajaba a una velocidad superior a la
habitual. El problema era que esta Alejandra se había convertido en una
caricatura de aquella chica que había estado conmigo hacía dos décadas. Sus
rasgos eran los mismos, pero estaban exagerados, desvirtuados por la caja de
resonancia de los años. Recuerdo que me dijo que todavía seguía viviendo en el
mismo barrio, que se había casado, que tenía un hijo y que ese hijo era hermoso
e iba a sexto grado y… Entonces sacó una foto de su carterita marrón y me la
alcanzó. La miré simulando interés y se la devolví enseguida junto a una
sonrisa fayuta. Alejandra comenzó a recorrerla con el dedo índice a la vez que
me contaba que en muchas ocasiones había pensado en mí y que había querido
verme, pero que no había tenido forma de encontrarme. Me confesó que no estaba
bien con su marido, que iban a separarse y que cientos de veces se había
preguntado qué habría sido de nosotros si nuestra relación hubiera prosperado.
Ahí me lo largó:
-¿Cómo crees que sería volver a casa... a nuestra casa, si
ahora viviéramos juntos?
Le aseguré que no tenía la menor idea y, levantándome, le
dije que debía irme sin falta. Dejé un billete de $20 sobre la mesa, y en una
servilleta de papel manchada con café le dibujé cualquier número de teléfono.
¡Llamame, eh!- la animé.
Humberto
Dib
Suscribirse a:
Entradas (Atom)