sábado, 1 de marzo de 2014

DAVID SANT





De Las Palmas de Gran Canaria-Islas Canarias, España

TODOS TENEMOS UNA HISTORIA

Mi reflejo me dijo que estaba viejo y cansado,
Que ya eran muchos días vistiendo,
A la esperanza de color negro.
Cada mañana se levantaba
Y acudía al parque
A tirar migas de pan a las palomas,
Que acudían como locas, solo al verlo llegar.
De mirada triste,
De manos agrietadas.
Todos guardamos un secreto,
Todos tenemos una historia.
La de él era de un color rojo ocre.
Trataba de sufrimiento,
De desamor,
De olvido.
De alguien que se esforzaba,
Por crearse su propia desgracia.
Me vi reflejado en su reflejo,
Me vi convirtiendo cada lágrima suya,
En una nueva historia.
El me dijo que no entendía
Después de tantos años,
Porque ella solo quería ser infeliz,
Y autodestruirse a sí misma.
Lo vi apretar los dientes mientras me lo contaba…
El me dijo:
La quería tanto,
Fue tanto para mí,
Era tan bella…
Me pregunto dónde estará ahora,
Después de tanto tiempo.
Maldigo a quien la metió en ese mundo,
Y envenenó por primera vez su cuerpo.
No tuve más remedio que huir,
De aquella tortura para mi mente.
Se convirtió en una pesadilla, día tras día…
Ahora sentado en este parque
Recuerdo cuando me dió el primer beso,
Apartó su hermoso y bonito cabello,
Que parecía peinado por los ángeles.
Desesperadamente sacó una hoja de papel,
Y un lápiz, casi gastado de tanto utilizarlo.
Hacía trazos, unos tras otros,
Con más desesperación,
Y lo único que se podía entender,
En aquel dibujo… fueron sus grandes ojos.
Ojos que contaban una historia de amor,
Arruinada por las drogas y el alcohol.
Ella le contó que lo necesitaba,
Que era para olvidar,
Los maltratos, las palizas,
Las promesas que nunca llegaron a ser verdades,
Por los dos padres de sus dos hijos…
Era acaso justo para él,
Era acaso justo que le tocara vivir con ella,
Una historia de amor…
Arruinada por las drogas y el alcohol.

David Sant


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