De
Luján-Buenos Aires, Argentina
NADIE
Nadie
deja de arder con fuego dentro sin antes saber lo que es el calor de la
amistad. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone. Si sacas todo lo
que tienes y confías en ti, ¡esfuérzate! porque... ¡¡¡Vas a llegar!! Nadie
consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.
Nadie conoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir. Nadie
encuentra el pozo del placer hasta caminar por la sed del desierto. Nadie deja
de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su
voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí
mismo. Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir
sus espinas. Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva
amistad sin renunciar a sí mismo. Nadie llega a la otra orilla sin haber ido
haciendo puentes para pasar. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento
diario de la vida. Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola
rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo. Nadie camina la vida sin
haber pisado en falso muchas veces. Nadie recoge cosecha sin probar muchos
sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Nadie mira la vida sin
acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la
tempestad..
Juan
Rasente
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