De Málaga, España
SI YO FUERA
UNA CALLE
Si yo
fuera una calle
ancha me
querría,
jubilosa
de conducir gente hasta la plaza.
Una
brisa joven, alentadora,
me
asistiría siempre con el viajero.
Iría,
vendría,
como
grato pensamiento,
con
tiempo renovado, nuevo,
suficiente
para el quehacer y el trato.
Lejos
del desmayo yo sería
incansable
como el mar
besando
la orilla,
pues
merece cada paso
se le
preste atención
y se le
rinda pleitesía.
Si yo
fuera una calle
agradable
paseo me haría,
por
donde los niños en sus juegos
mil
aventuras tendrían
y
protegidos de inocencia,
amparados
de ternura,
cosecharan
hermosos sueños.
Los
ancianos
con ojos
chispeantes me verían
mientras
gustoso les llevo de la mano
en su
paseo de atardecer o matutino,
oyendo
las historias de su vida,
los
pormenores y detalles
de su ya
larga travesía.
Si yo
fuera una calle
quisiera
que se me andara
con un
respeto no impuesto,
con algo
de mimo y recogimiento,
con
ánimo abierto y frente despejada.
Siempre
poblada de ecos risueños,
que las
ilusiones me brotaran
sin
esfuerzo,
y fueran
las miradas
tan
lindas como las flores
de mis
ventanas colgadas.
Que todo
aquel que llegara
sintiese
su hogar presente,
nadie
extraño por mucha gente,
ni
perdido ni desamparado,
más bien
amigo
al que
con calor se recibe
y presto
se le ofrece abrigo.
Si yo
fuera una calle
sería de
puertas sin llave,
abiertas
para mitigar el hambre.
Calle de
casas acogedoras
donde
tener en cuenta
hasta el
más mínimo detalle,
con
zaguanes de sombras
pero
todas reconfortantes.
Casas
sin fantasmas del pasado,
sin
miedos que apremiaran
sin
dolores apretados,
sin
llantos que no pudieran calmarse.
Si yo fuera
una calle
sería
festiva cada día,
algún
motivo tendría
para
celebrar algo alegre.
Arco
Iris de colores
de una
punta a la otra,
para una
calle
que
nunca reconocería la derrota.
Bandadas
de palomas
llenando
de vida el aire,
donde
lenguas, razas y credos
se dan
la mano unánime,
y hasta
las piedras saben
que la
verdad es de todos
y todos
somos guías de alguien.
Si yo
fuera una calle
llena de
amor me querría,
preferida
de enamorados y amantes,
por
donde avanzaran sin cesar
parejas
con un proyecto firme, consolidado,
un sólo
corazón
en total
unidad,
plenamente
igualados.
Si yo
fuera una calle
mi
nombre sería Amor y Paz.
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