domingo, 1 de junio de 2014

JORGE HUMBERTO SERNA PÁEZ

De Ocaña, Colombia

MI VIEJO


Embriagaba los días en aguardiente
Para sacarles de adentro
Su música y alegría

Cómo bullían en su cuerpo
Los sones los porros y el fandango

Cómo relampagueaban sus ojos
Y su cuerpo al ritmo de la Sonora

Dijiste que entre el trabajo y el goce
Estaba el equilibrio
Pero un día te desequilibraste
Y el goce se convirtió en parranda
Y la parranda te envolvió en el alcohol

Y así desandás viejo sibarita
De rato en rato 
 


LOS VIENTECILLOS MANSOS


Me alimentaron con palabras
Llenas de yel y mentiras
Con palabras con garras afiladas
Como cuchillas de afeitar

Si mis noches pudieran hablar
Se lo impediría el miedo
He vivido en la sombras del miedo

Es duro vivir siempre agitado en guardia

Me marcó el temor del ayer que es hoy
Las palabras del ayer que son las de hoy
Las mentiras del ayer que son las de hoy

Duele pensar en la sobrevivencia del mañana

¿Habrá que seguir guardando el silencio
De los desaparecidos?

Hay que aprender del camuflage de los camaleones
Vivir mostrando alegría conteniendo el llanto
Ser manso pero tirándose las piedras por dentro
Mostrarse como un alma de dios pero lleno de ira santa
Recular sin mostrar los ojos

Odio esta realidad que me aprisiona
Pero me fortalecen los buenos sueños
Y los mejores días por venir
Porque sé que en el silencio de las sombras
Es donde nace la luz
Y que en los vientecillos mansos
Es donde se cuecen los huracanes.

Jorge Humberto Serna Páez 
ASOESCRITORES



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