domingo, 1 de septiembre de 2013

CECILIA VALDIVIA RIVARA


De Lima , Perú

ESPERANZA

Ella lo esperaba en el café de siempre, cada martes por la tarde cuando el sol caía, año tras año sin saber si llegaría; él le prometió llevársela de ese encierro que era su vida junto al marido que le había asignado su padre a cambio de una transacción millonaria. Sólo había cumplido diecisiete años cuando ese hombre la tomó y la convirtió en más que una esclava sexual, la humillaba, golpeaba y la usaba para la diversión de sus amigos de juerga. No podía escapar, sólo cada martes respiraba vida en ese café solitario donde conoció el.amor; lo vio un día, conversaron por horas, no tuvieron contacto más allá de un abrazo tierno y el terror de ella reflejado en las lágrimas de él al escuchar su infierno. Pasaron más de diez años y ella no perdía la esperanza de volver a verlo. La vida no le había reservado un espacio vacío; sólo esa silla antigua donde se sentaba cada martes por media hora recordando esos ojos de amor era su único escape a la libertad; esos minutos la hacían sentirse viva y no decidir al fin quitarse la vida.

Cecilia Valdivia Rivara
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