De Lima, Perú
OJOS DE SOMBRA
Ojos de sombra, cuya mirada baja es altiva, y
un mundo de tinieblas transitan por ellos, como acordes densos y poéticos que
salen de una guitarra tocada por una trovadora que camina de pueblo en pueblo,
de bar en bar, dejando su melancolía por el espacio que la sigue. Ojos de
sombra que son puertas hermosas al valle del anochecer, a un cuenco gigante
donde seres psicodélicos comparten café y vuelan por los cielos, donde almas
sin cadenas caminan tranquilamente, por remansos y corrientes, mientras bosques
de sauces y eucaliptos se levantan y acogen recuerdos y lamentos, donde la
melancolía es una flor que germina en el pensamiento cuya inmensidad se presta
y brinda elementos que adornan aún más este acogedor valle. Ojos de sombra, se
hallan presentes en el hermoso y triste rostro de un alma tan tierna y bella,
de alguien que nace en la obscuridad y brilla con esa luz que solamente los de
las tinieblas conocen; con esa sonrisa mezclada con lagrimas, mientras al pie
de una roca miras el mar, sumiéndote en el atardecer, con el cielo pintado de
sangre y el sol desapareciendo, lenta y parsimoniosamente, mientras una melodía
taciturna se asienta en el corazón de cantantes y poetas. Ojos de sombra que
adornan la desesperación, el camino que recorre, una empinada transitada con dificultad
mientras la boca que les acompaña canta desgarradoramente, dejando un eco en la
noche, uno que resuena en la mente del noctambulo haciendo que su insomnio sea
relajante mientras gatos y demás seres la alaban y se unen como coro; un
concierto que pregunta el por qué de ese sentimiento, la razón de esa canción,
cuya voz excelsa de alma en pena sigue caminando y el camino es largo, parece
eterno, buscando por diversos lados, interrumpido en otros, callejones sin
salida en donde la voz resuena y golpea, donde su sonido se eleva a los cielos,
cada vez más alto, como una profana plegaria que las estrellas escuchan y
lloran, y en donde su luz se ve opacada por un coro de voces de niños que es el
lamento del alma de aquellos hermosos y grandes ojos que miran al interior de
cada humano. Ojos de sombra, mientras el tiempo transcurre, sigues observando
perdida tu vista en un punto del cosmos, en un beso de lo extraño, en un baile
lento que transita entre las fases de la luna; una especie de escritura
describe el movimiento de tu mirada, mientras sientes que tu humanidad despega,
se relaja y transita en sueños y pesadillas, mientras el aire es arco iris y la
luz es melancolía, y los olores son salados y el mundo es etéreo; miras al
mundo de una forma triste y tierna, miras al mundo deseando que acabe, pero una
vida extraña te sigue, un extracto de una música diferente cuyas notas se
derraman desde tu alma por esos grandes ojos, espejos del universo, de otro
mundo, donde luz y sombra convergen y el arco iris se vuelve gris, espejos que
resplandecen en la penumbra, espejos que no me canso de observar mientras te
observo observar el firmamento. Ojos de sombra, sigan mirando fijamente en los
portales que vinculan la existencia, por donde los sonidos cobran vida y la obscuridad
los enaltece.
Christian Dennis Hinostroza García
Derechos reservados de autor
Christian Dennis Hinostroza García
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