De Contumazá, Perú
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EL TRONCO VIEJO RENACE COMO UNA FLOR
El pasado tardío otoño
desertaste, dejaste de ser mío,
al dejar mi amor, mi piel, mis besos, mis brazos
para estar con otro amor, en otros brazos, y disfrutar de otros besos.
Mi corazón se remolcaba entre las nubes, la bruma y el viento,
llorando con mis hojas marchitas que caían con el tiempo.
Estuve sola, inexplicablemente sola con mi soledad;
sola con miles de misteriosos recuerdos, y sintiendo la gravedad.
El pasado tardío otoño
llorabas en vez de reír como un payaso
para callar el lacerante llanto, aflicción de mi triste ocaso.
Ya no prescindo de tu vida. Sólo era un tronco viejo y pesado,
que aunque lo rieguen no brotaba por indeseado.
No te sientas abatido que ya no tengo deseos por ti de ser amado.
En el vergel de memorables y lindos recuerdos
se encumbran clavados mil nombres,
más tu nombre no existe en el vergel de cuerdos hombres.
Por tu amor quemé el último cartucho, el pasado tardío otoño,
ahora voy recobrando mis quimeras, ensueños,
mi vida. Este tu gran amor ya no se quema en tus sueños,
tus miradas o tus ojos bellos porque tú, ya tienes otros dueños.
Tu corazón dejó de palpitar en el mío, con las utopías
del olvido, y el tronco seco, el tronco viejo de quien bebías
y dejaste el tardío otoño, rejuvenece como una flor, con alegrías.
Rosa Elizabeth Chacón León/Stevens
Derechos Reservados
María Jose Acuñia Beláustegui:
ResponderEliminarDesde el fondo de mi corazón agradezco infinitamente por el honor concedido a esta humilde servidora. También agradezco todo el esfuerzo puesto para formar este portal con todos los poetas de muchas nacionalidades. Admiro su entrega al mundo de las artes, las letras, la poesía.
Un abrazo con muchas letras.
Rosa Elizabeth Chacón León/Stevens