sábado, 1 de marzo de 2014

ENRIQUE ARAGÓN



De Logroño-La Rioja, España

LA SOMNOLENCIA DEL CAUTIVO

Sollozos de los sin patria
ajenos a la inexistencia
de una breve alborada
fondean en el mar de la impaciencia.
Olas sempiternas arrastran los despojos
del devenir de una letanía.
Atrae al desaliento
la sinuosa melodía.
Como llama que extingue el viento,
etérea embriaguez de la melancolía,
susurran al oído
sincopados ritmos
de corazones que ya no laten.
Son destinos evocados al vacío,
abismos del querer y no poder.
Senda que arrastra en silencio,
la somnolencia del cautivo.

Enrique Aragón


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