De Santa Fe, Argentina
DUELO A GARROTAZOS
Dos hombres anónimos
en silencio se alejaron del poblado
y tras las montañas se perdieron
con un palo en cada mano.
Hombre contra hombre
se despedazaron a palos,
con los pies enterrados en barro
solo quedan móviles los brazos
que en su corto viaje
definieron el destino humano.
Nadie supo jamás
el porqué de su marcha
el motivo de su cita alejada,
nadie quiso saber
qué es lo que definían.
Las voces sólo cuentan
que en un atardecer de sangre
los hombres se alejaron
y que a pesar de no conocerse ambos se odiaban
pues de furia y agonía sus venas se hinchaban.
En su vejez, un pintor sordo imaginó
aquel encuentro
y sin motivos pintó un duelo:
de la leyenda solo extrajo la imagen
y el odio de los contrincantes
lo retrato de su propio infierno.
Carlos A. Gómez
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