De Rosario Argentina
NIÑO DE LA
LUNA
No te alunes hijo mío
no sabes lo triste que es alunarse
decía mi madre y me tapaba los ojos,
como si la luna hiciera daño para siempre.
Después conocí la luna enorme,
el sol, los rayos, los truenos,
en el cielo.
Y abajo en la tierra,
los fuegos,
las cabriolas, las danzas,
los signos terribles de la guerra,
los hombres buenos y malos
y finalmente la escritura
para librarme y para unirme.
No diré más una palabra madre
entenderé todas las lenguas
y sus premoniciones.
Luego miraré fijamente la luna
y callaré para siempre.
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