miércoles, 1 de enero de 2014

JOSÉ JOEL RÍOS



 "Si estamos donde el mundo y la suerte nos ha puesto:"bendita sea la geografía" Más si estamos: donde la escritura y la critica nos prolonga o nos ejecuta: bendita sea la poesía "
 José Joel ríos
De Ciudad de Guatemala

 PIEL A LA DERIVA

el argumento de la piel se disipa por el agua
solos
nos mordemos la ira de los peces al ir cavando la corriente

cuesta arriba
nos duele el ir flotando
envueltos en un genérico río

cuesta bajo
se deshila la secuencia regalando heridas
sin que nadie nos cure esos labios de locura

hoy es viernes
y se alarga como etérea semana entre las cosas:
un día perfumado sobre el vientre,
un acetato bajo la duna,
un diente magro al ajo y sus nudos,
un escorpión a la orilla del espacio,
un desdén por los filos de tu anglicismo,
un siglo por tu anatomía

hay otros que presumen algo interno
como copia del sustento ajeno
comparando sangre por el tiempo

hombre a la deriva... el sueño es algo inevitable de cualquiera.

Knoxville, Tennessee

José Joel Ríos

ARAMINTA SOLIZABETH GALVEZ GARCÍA


De Sacatepéquez, Guatemala 

EL VIEJO

Lo vi pasar por el andén opuesto,
perdida la mirada,
hurgando tal vez en su pasado
una gloria pasada,
una alegría,
una razón para seguir viviendo.
La piel marchita y el andar cansado
por el calor de marzo en descampado
por el surco formado con esfuerzo
por la dura jornada.
El cabello pintado de neblina
blanco de años, de esperanzas idas
con olor a polilla, a desengaño,
encanecido en la tormenta de la vida.
Las manos rudas, desmayadas,
heridas por la cicatriz del tiempo
golondrinas frágiles, sin vuelo,
cálidamente humanas, sin consuelo,
queriendo detener entre los dedos
el tiempo que se escapa, que se aleja.
Magro de carnes,
esquelético, delgado,
cuerpo cansado de seguir sufriendo,
achacoso,
de paso tembloroso
que en el andén opuesto ya parece
que su abrigo va caminando solo.
De sonrisa helada, sin forma,
desvanecida en penas, en dolores,
que en la áspera cuesta de la vida

hace años que se quedó perdida.
Tronco de años, de mirar cansado,
dueño de historias, de sufrir callado,
forjador de un camino que hoy yo sigo
poseedor de un espíritu fortalecido,
de un cuerpo consumido
de unas viejas rodillas temblorosas
que fuertes hace años
sostuvieron su niñez.
Pero los años al fin lo derrotaron,
se enraizó desesperadamente
y sus raíces ya marchitas
van empapando su alma
de tristeza y soledad.
La calle se quedó vacía,
una lágrima estremeció mi mejilla
y ya no supe qué hacer
con toda mi juventud,
porque en esa cara arrugada,
en esa historia pasada
y en esos ojos cansados,
hoy pude ver brillando
toda la claridad del mundo.

Araminta Solizabet Gálvez García
Primer Lugar
 Año Internacional de la Juventud 1985.
 Radio Netherland, Holanda.


domingo, 1 de diciembre de 2013

MIRNA ORELLANA



De Olanchito, Honduras

INFINITO AMOR

Este amor , domina todas las cosas
Es un amor , infinito e inigualable 
Amor sin limites, que traspasa 
Todas las dimensiones
Este amor es profundo y perfecto
Sentimiento entregado, inspirado.
Amor infinito, que nunca se acaba
El amor domina, todas las cosas
Amor , que no es frágil,como el cristal
Es la expresión estética, de la belleza 
Es resplandor del sol, después de la lluvia.
El amor infinito, fuego,que nunca ,se apaga.
Es llovizna con sol,que cae silenciosamente
Es una fuente inagotable ,de reflexiones 
Corazones atraídos, magnéticamente , como imanes 
Encendidos ,como llama incandescentes
Amores profundos,como las aguas del mar 
Dos corazones unidos,como arena y sal 
Unidos ,mar y cielo ,allá en la eternidad
Este amor, es una historia que no tiene final...

Mirna Orellana

Derechos Reservados de autor


JUAN DE DIOS ARDON ORDOÑEZ


De San Esteban Olancho, Honduras


SOBREVIVÍ

Te veo; y eres
frente al espejo
una ilusión, en blanco
y negro

arropas con tu sangre
mis ojos
para que no vea, tu odio

Diría; que te conozco
si no estuviera borracho
de impaciencia

Sobreviví a tu furia
y a tu amor.

Tu indiferencia murió
en la oscuridad,
a milímetros del deseo

Y aunque supiera que hacer
no sabría que hacer
en tu presencia.

Juan de Dios Ardon Ordoñez
www.mispoemas.es

Abogado de Profesion, Escritor de muchos Ensayos y Editoriales para Periodicos y Medios Locales, Libro Inedito SENTIMIENTOS, declamador y escritor desde su infancia, con mucha influencia de grandes Poetas como Alfonso Guillen Zelaya y FoylanTurcios en su pais Honduras y Federico Garcia Lorca, Ruben Dario y Gongora son su Leche, actualmente forma parte de la Sociedad Cultural de Juticalpa.

viernes, 1 de noviembre de 2013

BETO BROM


De Israel

COSAS DE LA VIDA

Cerró el teléfono, apagó las luces, colocó el cartelito °cerrado° y salió como un bólido hacia el estacionamiento. Subió al coche y voló hacia el hospital; allí habían llevado a su hijita desde el colegio a raíz de un golpe muy fuerte recibido en la cabeza durante la clase de gimnasia. Se extraño mucho pues era un buen establecimiento educacional, que portaba con todos los elementos indispensables, inclusive una equipada sala de primeros auxilios atendida por una enfermera. Todo bajo la supervisión de un médico, cuya clínica estaba enfrente del colegio, al cual se recurría en casos de emergencia.
Al recibir la comunicación, se sobresaltó al escuchar la voz inconfundible de la Directora, quien le informó de lo acontecido, explicándole que fue el propio médico, que después de revisarla, decidió enviarla al hospital para efectuar otra serie de revisaciones mas específicas, pues con golpes en la cabeza es necesario proceder con calma y prudencia.
El camino al hospital le resultó larguísimo. Lo conocía muy bien por ser el que recorría todos los días desde su casa. Llegó a destino, dejó el auto y corrió a Informaciones. La niña fue llevada a Rayos le dijeron, y allí se encaminó, pero no la encontró. Calculó que ya estaban sacando las radiografías, decidió esperar. Los minutos le parecieron horas, consultó a una de las oficinistas, quien luego de preguntar le informó que la niña estaba bien, la enfermera del colegio estaba con ella y en unos minutos saldrían.
¿Por qué tardaban tanto? ¿Que pasaba allí dentro?
Los minutos duraron más de media hora y por fin salieron. Su hijita acostada en una camilla, la carita sin colores, blanca con lágrimas pegadas debajo de sus ojitos. Ocho años, parecía mas frágil que nunca, la acosó con los lógicos: -¿que pasó? ¿como te sentís? ¿te duele?- y otras miles de preguntas comunes que brotan sin obtener respuesta.
Mas tarde, ya en la sala de niños, un médico se acercó y les explicó que por ahora todos los resultados habían sido negativos, como precaución debería quedarse internada las próximas 24 horas por cualquier eventualidad.
Su hija se adormiló, él aprovechó para salir, tomar algo y comprarle unas golosinas, también le trajo una hermosa muñeca de cabello largo vestida a lo dama antigua, esperaba que le gustase.
A la tarde apareció en la pieza una médica, hermosa mujer, presentándose como la encargada del turno noche.
Luego de hacer una serie de revisaciones a la pequeña, se sentó en el reborde de la cama, y con forma pausada le explicó que afortunadamente no hubo lesión cerebral, pero a causa del golpe recibido el cerebro de la niña habido sufrido una conmoción, por lo cual era conveniente dejarla internada hasta el día siguiente como prevención. Posteriormente, siempre y cuando sea dada de alta, se le aconsejaría unos días en casa, sin concurrir al colegio.
Las palabras las escuchaba, sin sacar los ojos de la doctora, esto desde que apareció en la pieza. Sintió algo especial, raro, que no lo comprendió en el primer momento.
Ya entrada la noche, luego de dormitar un poco en el sillón al lado de la camita de la niña, decidió tomarse un descanso. Se encaminó hacia el bar del nosocomio.
En aquellas horas había poca gente, por casualidad entre los trasnochadores estaba la doctora que atendía a su hijita.
Frente a ella una jarra de té; por estar ensimismada en la lectura de un voluminoso libro de gruesas tapas, ella no se percató de su presencia.
Quedó parado detrás mirándola, observando, como estudiándola, se sentía bien en su cercanía...
-Perdón, ¿puedo sentarme aquí?- preguntó.
-Oh! sí, sí...por supuesto, ¿como está señor...?
-Robín, ¿y el suyo?
-Dra. Martín, ay, bueno, es la costumbre, Ud. entenderá, mi nombre de pila es Emi, ¿no es muy común, cierto?
-Tan poco Ud. es común, a mi criterio, claro...
-Parece que las horas de la noche lo vuelven pensador y más descriptivo ¿me equivoco?
-No...no se equivoca. Lo que pasa que Ud, irradia cierta ola de tranquilidad, de paz, de un no sé que...me cuesta explicarlo. Bueno, bueno, esto parecería un sencillo tratamiento por persuasión, no quisiera que lo tome a mal, y menos indisponerla, sepa Ud. disculpar mi forma de expresarme.
-No, por el contrario, sus palabras me producen cierto halago no me molestan, puede continuar.
Y la charla siguió unos largos minutos, hasta que el sonar del celular de la doctora puso final a la amena conversación, la llamaban desde la sala.
-Aquí le dejo anotado mi número de teléfono, puede llamarme mañana cerca del mediodía, si quisiera y esta disponible lo invito a almorzar, piénselo. Oh! que se recupere su hijita y pronto, ¡eso espero!
Se quedó con la boca abierta, le resultó todo tan rápido. Se sintió muy a gusto con esa mujer, las palabras de uno se entrelazaban con las del otro, cada pensamiento se perdía en el siguiente.
Al día siguiente a media mañana su hijita fue dada de alta. En el camino de regreso pararon a tomarse unos suculentos helados con crema y frutillas como está escrito y luego partieron hacia la casa.
Allí los estaban esperando, Cecilia, su hija mayor y el noviecito de la semana, además de doña Pacha, la mucama, cocinera, ama de llaves, niñera, quien se preocupaba por todo y por todos. La niña corrió hacia ella, la matrona la abrazó con sus brazos gordos y tiernos, la pequeña se cobijó en su pecho, allí se sintió protegida.
Al mediodía, como estaba previsto, hizo la llamada, la cita se concretó.
El almuerzo tuvo lugar, siendo éste el comienzo de un largo camino de encuentros, caminatas, cenas y demás.
La relación entre los dos fue un sin fin de satisfacciones. Tenían idioma en común, compartían gustos y deseos, intercambiaban ideas y mezclaban sus vidas, no obstante ser tan dispares en sus oficios, ella médica de niños y el peluquero de señoras.