De
Buenos Aires-Poesia Solidaria Argentina
LAS DOS
DE LA MADRUGADA
El humo
de mi cigarrillo
es la
única señal que se consume
en el
silencio de un otoño frío.
La
soledad esta viva en mí
y arde
en este poema
acompañada
por un café que se enfría
debajo
de una lampara que ilumina mis palabras
que caen
sobre un papel imaginario
y las
consume hasta hacer sentir el dolor
de esta
vacía y fría madrugada
en un
rostro con espinas que se clavan
como si
fuera uno de los ladrones del Monte Calvario
esperando
el perdón para ganarme el cielo de los sueños.
La noche
es un desierto de edificios de cemento
el frío
penetra hasta la médula.
Pablo
Ricardo Franco
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