lunes, 1 de diciembre de 2014

PABLO RICARDO FRANCO


De Buenos Aires-Poesia Solidaria Argentina
  
LAS DOS DE LA MADRUGADA

El humo de mi cigarrillo
es la única señal que se consume
en el silencio de un otoño frío.
La soledad esta viva en mí
y arde en este poema
acompañada por un café que se enfría
debajo de una lampara que ilumina mis palabras
que caen sobre un papel imaginario
y las consume hasta hacer sentir el dolor
de esta vacía y fría madrugada
en un rostro con espinas que se clavan
como si fuera uno de los ladrones del Monte Calvario
esperando el perdón para ganarme el cielo de los sueños.
La noche es un desierto de edificios de cemento
el frío penetra hasta la médula.


Pablo Ricardo Franco

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