martes, 1 de julio de 2014

ADÁN MAIMAE HERRERA

De Punta Arenas, Chile


ESTE CAMINO TRISTE
  
Este camino triste
me hace doler mi cansancio.
y me duele tu olvido
y el quererte tanto.
Tu amor se marchó
era parte de nuestro destino.
Lo malo es que aún te amo
y te llevo por mi camino.

Perdona mi torpeza
 por no saber dar cariño.
 Estas manos rudas y toscas
 se hicieron en el camino.
 Si amargado me hizo Dios
 la muerte anda conmigo.
 la culpa no la poseo yo
 si nunca aprendí a dar cariño
 Me dolieron las tardes de olvidos
 y me fui consumiendo en silencio.

 La pena dejó en mi alma
 una herida de amor perpetuo.
 Te he atado en mis labios
 como la lluvia que se ahoga en el suelo
 y al levantarme serenamente
 más y más te quiero.
 Me viene en los pensamientos
 unas ganas de no quererte tanto.
 Pero brotas en mi corazón
 como las flores de los manzanos.

Sabes, te gritaré desde aquí del cerro
 un sabor amargo.
 que ha florecido con mi llanto.
 Y serás tú mi muchacha
 que marchó, aún amando
 y seré el gozo en tu valle
 cuando por las noches me estés recordando.

Recuerdo en este día sombrío
 cuando desnudos los dos
 nos bañábamos en el río.
 Florecíamos en aquel inmenso amor
 tan dulce, tan sereno, tan mío. 
Pero hoy me consume el dolor
 y me va matando el frío.

Adan Maimae
 Derechos reservados: Adán Maimae Herrera.
  


RICARDO ARIAS DROGUETT



De Santiago de Chile

 CASI SIN HABLAR

La miré.
Me miró.
Siguió el lento caminar
y yo, casi sin saber,
-como el paso del reloj-
fui a su lado, sin hablar.

Le sonreí.
Me sonrió.
Su boca ansias dibujó
y yo, casi sin saber,
-como el viento que pasó-
en la boca la besé.

La amé.
Y me amó.
Sólo una noche fugaz
y yo, casi sin saber,
-como el roer del trajín-
me cansé de pedir más.

Se marchó.
Y aquí estoy.
En sus ojos vi llover
y yo, casi sin saber,
-como estrella que cayó-
no la supe retener.

Derechos Reservados


LUIS ALBERTO TORO OSSANDÓN



De Arica Parinacota, Chile

LA MAGIA DE LOS TAMBORES

El mágico sonar de los tambores legûeros, navega por el espacio infinito
junto a un mar de estrellas milenarias que iluminan este rostro oscuro.
Mientras mi alma vibra marcando en cada paso el latir del corazón,
cada sonido parece llevar de forma misteriosa al éxtasis espiritual, 
viajando por lugares maravillosos, indomables y desconocidos.
Los árboles danzan en mi memoria, entretanto las flores ríen con sus colores
al paso del arcoiris señalando una esperanza indomable …
¡Ay tierra amada! Tú que viste mi llanto regando los huertos,
y mi sangre abonar tu cuerpo, me cobijas y proteges de la mano indolente.
Hoy lloras junto a mi, el dolor y la pena de mis ancestros ya idos. 
El viento en su lamento me cuenta historias de tiempos pasados, 
leyendas acaecidas en otras lunas de plata, libres y lejanas de estos lares . 
Mi alma se libera de las cadenas invisibles, deteniéndose en tu seno 
que ofreció paz a mis abuelos, recordando sus raíces, dejadas allende la mar,
donde quedaron tantos espíritus perdidos junto a los sueños de libertad
¡Ay madre patria!. Abriste tus brazos dándome el abrigo que negó el hombre blanco.
Me diste por compañera en mi dolor a la morena, negra y mulata aceituna de Azapa
que baila junto al viento, movida entre las hojas de los verdes olivos, 
representando la fortaleza de nuestra etnia ante las adversidades del tiempo.
Sobrevive glamorosa, bella y sensual, cual las hembras de nuestra raza,
danzando frenéticamente, al ritmo del tronar de los dunun ancestrales.
Fuerte, como los hombres de ébano curtidos por el padre sol, y junto la magia de la música llevada en sus almas desde el pasado. 
Hoy reviven en la memoria los recuerdos de la sangre dejada por los abuelos
que llegaron en barcos de miseria y muerte desde un lejano continente verde…


Luis Alberto Toro Ossandón
Derechos Reservados


WILFREDO BUSTOS PALOMINO


De Villa Alemana-Chile

EL SOL ROSADO Y EL ABRAZO ROJO

El sol rosado
Y el abrazo rojo
Es más amplio que todo espacio
Ya que encierra
En sus paredes cada sentimiento
Cada amanecer, cada estrella
Cada color
Como los pasos del sol
Que recorren el desierto del vestido
Del vestido negro
Blanco, como rosado
Puesto que el choque de ambas paredes
Le hacen resplandecer
El abrazo rojo
Donde el sol se ve pequeño
Y tú estrella más enorme
Puesto que ya no vivo en la tierra
Sino en el mar azul
Donde tus olas son rosadas
Mujer del vestido negro
Como de rosado
Por ello soy tierra
Luna y sol
Porque ahora estoy
En tu corazón

Tema: El sol rosado
Y el abrazo rojo


WALTER ROBINSON PENEDA CEPEDA


De Sewell, Chile

MIS DESEOS EMPIEZAN EN TUS LABIOS
  
Mis deseos empiezan en tus labios
En esa sabrosa fruta roja que atesoras
En la miel embriagadora de tu lengua caliente
En la fina línea que dibujan tus labios al verme
En el insinuante semiabierto gesto de tu boca
En el beso que nos arrebata y nos une desnudos.

Mis deseos empiezan en tus labios
En ternura de fresas y cerezas que forman tu beso
En el sabor de tu mirada cuando me besas
En la deliciosa harina de tus caricias
En la hambruna que sufro cuando te ausentas

Ay, Mujer, diosa en llamas de mi geografía
Mis deseos empiezan en tus labios
Simplemente cada vez que me hablas
Podría pedirte que guardaras un siglo de silencio
Pero verte callada, mirándome como me miras…
Mis deseos empiezan por tus ojos
Y por el silencio de tu boca…

©wpineda
 Walter Robinson Peneda Cepeda



MOISÉS CASTRO PARRA



De Valdivia, Chile

EL MANANTIAL DE TUS OJOS

En el manantial de tus ojos
deseo mirarme para ver
la belleza de tu alma pura;
saber de dónde emerge
el haz de amor que atrapa
lleno de tanta dulzura.

En el manantial de tus ojos
quiero embriagarme de amor
con tu mágico, tierno mirar;
ver la estrella que tienes cautiva
da luz a través de tus clisos
que despierto hacen soñar.

En el manantial de tus ojos
deseo encontrar la calma
sentir paz en el corazón;
ver en ellos la letra viva
descifrar en su pentagrama
sentimientos hecho canción.

En el manantial de tus ojos
anhelo encontrar la aurora
la clara luz del amanecer;
en esa mirada que habla
el hechizo de la puesta del sol
despidiendo el atardecer.

No me niegues ese mirar
aunque tu carita de luna
se llene de ardiente sonrojo;
déjame beber del amor
de la dulzura que tiene
el manantial de tus ojos.

Moisés Castro Parra
Derechos Reservados




EDITH SUYAI MONCADA


De Valparaíso, Chile

CALLA

Calla, no digas nada, no hables,
besa, besa y acaricia
que tu cuerpo y tus manos
valen más que mil palabras.
Besa mi boca, estoy sedienta
toca mi cuerpo, roza mi piel.
Cada beso tuyo equivale
a mil noches de soledad.
Bésame y sabrás el ansia que me has causado,
las noches en soledad que he pasado
esperando tu llegada,
tu sonrisa que se escapa después de caer una lágrima.
Calla amor, hoy no digas nada,
besa, besa que en este momento
sobran las palabras.